Das Zweite Spanische Lesebuch (Spanische Lesebücher)
se volvió Rost a Vega, "¿Ahora le da vergüenza? Venga a enseñarme cómo se llevó el dinero. ¡Entre en la caja!" gritó Rost. Vega entró en la caja y miró hacia Rost.
"¡Saque la bolsa, ábrala y meta dentro el dinero! ¡Y dígame todo lo que va haciendo!" ordenó Rost. Encendió la cámara de vídeo y empezó a filmar todo lo que estaba hacienda Vega
"Abrí la bolsa," dijo Vega, abriendo la bolsa, "Después la puse aquí y empecé a meter dinero dentro," continuó Vega, empezando a meter el dinero en la bolsa.
"Siga," ordenó Rost.
"Estaba metiendo dinero… metiendo dinero en la bolsa." Continuó Vega, "Cuando se llenó la coloqué aquí," Vega señaló la puerta.
"Ponga ahí la bolsa," ordenó Rost. Vega puso la bolsa junto a la puerta rápidamente. La Sra. Furtada miraba atentamente todo lo que estaba ocurriendo.
"Después saqué una segunda bolsa y empecé a meter más dinero dentro," continuó Vega, y empezó a meter dinero en la bolsa. Rost se dio cuenta de que Vega estaba empezando a disfrutar el proceso. La Sra. Furtada miró para Vega como si fuera un loco.
"¡Estaba metiendo dinero! ¡Metiendo dinero! ¡Metiendo dinero!" decía Vega rápidamente. "Cuando la bolsa se llenó también la puse allí," y velozmente colocó la bolsa junto a la primera.
"¡Pare!" gritó Rost y Vega se paralizó. Entonces Rost miró a la Sra. Furtada, "Por favor, no diga a nadie lo que le voy a decir," le pidió Rost, y se volvió hacia Vega, "Escuche, es usted un rufián sinvergüenza. Cuando me dijeron que había robado su propio banco dos veces, no lo creí. Ahora, cuando lo miro, puedo comprender por qué la gente piensa que usted es un animal avaricioso," dijo Rost en voz baja. Vega bajó los ojos y se giró. Rost miró a la Sra. Furtada, "Disculpe, Sra. Furtada. Continúe la reconstrucción," ordenó Rost. Vega sacó una tercera bolsa y empezó a meter dinero dentro.
"Buenas tardes, Sra. Furtada," escuchó Rost, y miró a la persona que había pronunciado esas palabras. Andrew estaba al lado de la Sra. Furtada y miraba a Rost. Sus ojos se encontraron. Se miraron. Vega dejó de poner dinero en la bolsa y se paralizó. Paul y Andrew seguían mirándose. Andrew, por supuesto, sabía que Paul había escapado de la prisión. Paul pensó que Andrew no le dejaría marchar. Como oficial de policía, debía hacerlo. También tenía el derecho moral de arrestarlo. Tenía cuatro niños, si perdiera el trabajo o fuera a la cárcel por culpa de Paul, ¿qué les ocurriría a los niños? La Sra. Furtada percibió la larga pausa y miró a Andrew de forma inquisitiva.
"Hola, Andrew," dijo Paul, bajando los ojos.
"Sra. Furtada, ¿puedo hablar un momento con usted?" preguntó Andrew. La Sra. Furtada fue a un lado con el oficial de policía. Vega lanzó a Paul una mirada inquisitiva.
"¿Cuánto hay en esas dos bolsas?" preguntó Rost.
"Alrededor de un millón y medio," respondió Vega.
"Vámonos," ordenó Rost. Rápidamente ayudó a Vega a levantar las bolsas y caminaron hacia la salida del banco.
"Paul Rost!" Rost escuchó una voz detrás de él. Se detuvo y se volvió despacio. Andrew, la Sra. Furtada, y George Titan caminaban rápidamente hacia ellos.
"¿Ya has terminado la reconstrucción? ¿Tan rápido?" le preguntó Andrew a Paul.
"Sí," contestó Rost, dándose cuenta de la inutilidad de su plan, "Solo le queda meter las bolsas en la furgoneta. Eso es todo." Miró a Andrew. Ambos se miraron de nuevo, y otra vez se produjo una larga pausa.
"¿Quién te dio permiso para dirigir esta reconstrucción?" preguntó Andrew.
"El jefe de policía," dijo Paul, y añadió: "Si tienes que hacer tu trabajo, adelante..." Rost estaba preparados para que Andrew lo arrestara.
"Sí. Haré lo que debo hacer. Normalmente las recreaciones las hacen dos policías," explicó Andrew, "Como estás solo, yo tengo que cumplir el papel del segundo oficial. Continúa ," dijo Andrew. Rost hizo una señal a Vega y siguió llevando las bolsas hacia la furgoneta. Andrew siguió a Rost y a Vega.
"Hablé con tu madre," le dijo Andrew cuando ya habían salido del banco e iban caminando hacia la furgoneta, "Si lo he entendido bien, ¿estás planeando ir a Damasco?"
"Sí, necesito ayudar a una persona," respondió Paul.
"Si te estás refiriendo a Lisa Pandora, la van a ejecutar por crímenes contra el estado," explicó Andrew, mirando hacia la entrada del banco, "En Libia, ella y Ashur pudieron evitar el juicio, pero en Siria Ashur decidió no
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