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Das Zweite Spanische Lesebuch (Spanische Lesebücher)

Das Zweite Spanische Lesebuch (Spanische Lesebücher)

Titel: Das Zweite Spanische Lesebuch (Spanische Lesebücher) Kostenlos Bücher Online Lesen
Autoren: Elisabeth May
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horrorizados a los elefantes locos. Ashur saltó del elefante, corrió hacia allí y gritó: "¡Papá, soy yo, Peter! ¡Salta hacia aquí!" En ese momento un gran elefante empujó a otro y éste cayó al lado de Ashur. Ashur quiso esquivarlo, pero cayó al suelo y el elefante le aplastó la mano. Ashur aulló de dolor. Un hombre saltó de su celda en el segundo piso y aterrizó justo entre los elefantes. Durante uno o dos segundos desapareció, y Paul pensó que los elefantes lo habían matado. Pero después se levantó del suelo y corrió hacia Ashur. "Hijo mío," gritó, agarró a Ashur y lo arrastró lejos de los elefantes. Otras personas empezaron a saltar de las celdas de la cárcel al suelo. Unas cuantas fueron inmediatamente heridas por los elefantes, pero muchas otras pudieron escapar. Paul corrió hacia Ashur y le ayudó a su padre a apartarlo. Arrastraron a Ashur hasta uno de los coches vacíos y se metieron dentro. Paul se puso al volante y encendió el motor. Los guardas de la prisión empezaron a salir a través de la verja. Comenzaron a disparar a la gente que escapaba de la cárcel y a los elefantes. Paul pisó el acelerador y el coche se puso en marcha. Condujo por el arcén hasta el lugar en que acababa el atasco. Después volvió a la carretera y circuló por ella a gran velocidad. Miró para Ashur. Tenía los ojos cerrados. El brazo herido estaba presionado contra su cuerpo. Su anciano padre le acariciaba la cabeza y repetía: "Hijo mío… hijo mío... "
    Ashur abrió los ojos y miró a su alrededor. Una vez más se encontró con la mirada de Paul.
"Doscientos mil no es dinero suficiente para correr entre elefantes borrachos y llevar un avión al norte de África," protestó Paul, "¡Déme la mitad del dinero!" pidió.
"Es usted un buen tipo, Paul. Por eso voy a añadir otros cincuenta mil, así tendrá doscientos cincuenta mil," ofreció Ashur.
Paul lo miró. La cara de Peter Ashur estaba muy pálida. Estaba claro que tenía mucho dolor.
"Trescientos cincuenta mil o voy directo a la policía, Peter," insistió Paul.
"Disfruto haciendo negocios con usted," aceptó Ashur. "De acuerdo. Tenemos que recoger las maletas con el dinero en un aparcamiento. El avión sale a las cinco del aeropuerto Arena 1. Deberíamos estar allí a las cuatro. Yo le indicaré," dijo. El teléfono de Paul sonó en su bolsillo. Paul lo sacó, miró la pantalla y lo apagó.
"En cualquier caso, ¿quién le aconsejó que utilizara a los elefantes?" preguntó Paul.
"El año pasado, los elefantes atacaron una fábrica de licor," dijo el padre de Ashur. "La fábrica estaba cerca de la cárcel. Bebieron mucho licor y destruyeron todo lo que encontraron. Por eso le propuse a Peter la idea de usar elefantes borrachos. Y funcionó, ¿verdad?" sonrió.
"Sí, el arma de Khan todavía funciona bien con los muros," dijo Paul, y volvió a meterse el teléfono en el bolsillo.
     

    Die Waffe der Khans
     
    Auf dem Weg zum Flughafen kam Paul in einen Stau. Das Taxi blieb auch im Stau stehen. Er sah sich um und sah eine lange, hohe Mauer mit einem großen Tor rechts von ihm. Über dem Tor stand Hal Hut.
    „Was ist das rechts von uns?“, fragte Paul.
    „Das ist das Hal Hut Gefängnis“, sagte der Taxifahrer. „Und das ist eine Elefantenfarm“, er zeigte nach links.
    Paul schaute dorthin, wohin der Fahrer gezeigt hatte. Er sah dort große Elefanten. Einige Elefanten rannten über ein Feld. Sie hoben ihre Rüssel und trompeteten.
    „Etwas stimmt mit den Elefanten nicht“, sagte der Fahrer. Pauls Handy klingelte.
    „Ja“, antwortete er.
    „Paul, hier ist Andrew. Kannst du sprechen?“, hörte Paul.
    „Ja, ich bin in einem Taxi, auf dem Weg zum Flughafen“, antwortete Paul Andrew.
    „Die Leute aus der Zentrale wollen dich bitten, dass du dich um das Flugzeug kümmerst, dass nach Nordafrika fliegen soll. Sie brauchen alle Informationen, die du hast. Wenn du es schaffst in das Flugzeug zu kommen, wird das Verteidigungsministerium ein Verstärkungsteam zusammenstellen. Welche Idioten aus unserem Land werden dabei sein?“, fragte Andrew.
    „Zwei Verwandte - ein Vater und sein Sohn, beide haben Schwierigkeiten mit dem Gesetz. Ich werde versuchen als Pilot in das Flugzeug zu kommen. Ich rufe dich an sobald ich mehr Informationen habe“, sagte Paul.
    „Verstanden. Halt’ durch! Nordafrika - das ist viel ernster als unsere örtlichen Diebe und Betrunkenen“, sagte Andrew.
    „In Ordnung. Bis bald“, sagte Paul abschließend.

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