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Das Zweite Spanische Lesebuch (Spanische Lesebücher)

Das Zweite Spanische Lesebuch (Spanische Lesebücher)

Titel: Das Zweite Spanische Lesebuch (Spanische Lesebücher) Kostenlos Bücher Online Lesen
Autoren: Elisabeth May
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pobres - arm
    61.     por - durch
    62.    promesa - Versprechen, das
    63.    puerto - Hafen, der
    64.   punto - Punkt, der
    65.    quedó - blieb
    66.    rápidamente - schnell
    67.    rápido - schnell
    68.   rechazó - weigerte sich
    69.    recibir - erhalten
    70.    reconocer - erkennen
    71.     régimen - Regime, das
    72.    rodeado - umgeben
    73.    rodeó - kreiste
    74.   salarios - Gehalt, das
    75.    salvar - retten
    76.    se extiende - sich erstrecken
    77.    supone – nimmt an
    78.   señora – Frau (Fr.), die
    79.    símbolo - Symbol, das
    80.   suavemente - leise
    81.    sucias - schmutzig
    82.   superestrella - Superstar, der
    83.   sur - Süden, der
    84.   susurró - flüsterte
    85.   tirando - ziehend
    86.   tradicional - traditionell
    87.   unión - Union, die
    88.   vasto - riesig
    89.   vigilar - überwachen
     

    La V ida no P erdona los E rrores
     
    Paul Rost entró en el edificio. Un hombre con una ametralladora le bloqueó la entrada, pero Lisa Pandora lo vio. Dijo algo a una de las personas y ordenó al ametrallador que dejara pasar a Rost. Rost se acercó a la habitación donde había entrado Lisa, abrió un poco la puerta  y vio que Pandora estaba entregando el dinero y firmando unos papeles. Vio a Paul y sonrió nerviosamente: "Paul, espérame en el recibidor," dijo. Las personas que estaban con ella miraron a Rost y él sintió la frialdad atemorizante de sus ojos.
    Por la tarde, la gente encendió hogueras en la plaza. Estaban sentados alrededor de las hogueras mientras en la plataforma las personas hablaban unas detrás de otras. Todos hablaban sobre Peter Ashur como líder del nuevo país. Decían que habría escuelas y hospitales gratuitos, que los salarios serían tan buenos como en Europa, y que las personas pobres y los desempleados recibirían dinero del estado.
    Rost estaba en el borde de la plaza cuando Lisa se acercó por detrás y lo abrazó.
      "Pa-ul," susrurró suavemente, "Estamos en el Sáhara, pero tengo frío. Vayamos a la casa. He preparado una cama para ti," fueron hacia una casita que estaba en el extremo del pueblo, "¿Sabías que a nuestro alrededor no hay ciudades ni aldeas en doscientos kilómetros? Y hacia el sur el Sáhara se extiende otros mil quinientos kilómetros. Y a nuestro alrededor no hay más que dunas de arena. Y no hay nada de agua. Dame un poco de agua ," dijo. Paul Rost miró a su alrededor buscando la botella de agua, pero Lisa tomó su cara entre las manos y la volvió hacia ella, "No, no mires. Dame de beber, Paul." Él quiso volver a mirar, pero ella no le dejó, "No, no mires. Dame de beber, dame... " susurró apasionadamente. Él la besó, y ella le devolvió un beso apasionado. La luna y las hogueras iluminaban el pueblo, que era como un punto diminuto en el vasto océano de arena.
    Por la mañana Lisa tocó la cara de Paul con la mano y lo despertó.
    "Hola," susurró ella.
    "Hola," susurró él. Ella le mostró un pequeño anillo. Después le besó la mano y le puso el anillo en el dedo.
    "¿Qué es eso?" preguntó sorprendido.
    "Es un símbolo de lo que hay ahora entre nosotros. Nunca te lo saques, ¿de acuerdo?" susurró ella.
    "De acuerdo," susurró él. En aquel momento hubo gritos y tiros. John Vega entró en la habitación con una ametralladora, “Señora primer ministro, su ministro quiere su salario,” John Vega era difícil de reconocer. Estaba muy delgado. Sus ojos estaban totalmente abiertos, como los de un loco, “¡su ministro también quiere echarla, Lisa Pandora! ¡Porque no cumple sus promesas!” continuó gritando. John Vega apuntó con su pistola a Pandora, pero dos tiros lo detuvieron y se cayó. Tras él estaba un hombre del equipo de Lisa Pandora.
    "Gracias, Said," dijo Pandora, y salió de la cama, “Hoy es un día decisivo, Paul. No me dejes, ¿de acuerdo?" dijo.
    Ashur entró en la habitación, y con él entraron otras cuatro personas con pistolas y se quedaron junto a la puerta. Rost se dio cuenta de que eran los guardaespaldas de Ashur.
    "Hoy nos visitará la Comisión de la Unión Europea,”  dijo Ashur, “Señora Pandora, usted, como futuro primer ministro, tiene que demostrar a la comisión que garantizamos elecciones absolutamente democráticas para toda nuestra nación.” Peter Ashur entregó ceremoniosamente a Pandora algunos documentos. A Rost le sorprendía el hecho de que Ashur actuase como un presidente real. Estaba bien vestido y afeitado.

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