Bücher online kostenlos Kostenlos Online Lesen
Das Zweite Spanische Lesebuch (Spanische Lesebücher)

Das Zweite Spanische Lesebuch (Spanische Lesebücher)

Titel: Das Zweite Spanische Lesebuch (Spanische Lesebücher) Kostenlos Bücher Online Lesen
Autoren: Elisabeth May
Vom Netzwerk:
zurückgeben
domingo - Sonntag, der
encantar - begeistern  
encontré – ich habe gefunden
gustaría - möchte
importante - wichtig
indignación – Empörung, die
indignar - empören
información - Information, die
inspeccionar - untersuchen
invitar - einladen
ladrón - Dieb, der
largo - lange
llevar - mitnehmen
lugar - Ort, der
mañana - morgen
marcar - wählen
mío - meine, meiner, meines
nerviosismo – Nervosität, die
nuestro - unser, unsere
pasajeros – Passagiere, die
pausa - Pause, die
    40.   personal - privat
pie - Fuß, der
porquería - Müll, der
practicar - üben
protestar - protestieren
quedarse - bleiben
quinientos - fünfhundert
razón - Verstand, der
regalo - Geschenk, das
reunión - Treffen, das
robado - gestohlen
robó – hat gestohlen
seis - sechs
silencio - Stille, die
sonríe - lächelt
sorprendido - überrascht
tarjeta - Karte, die
teléfono – Telefon, das  
va - geht
vender - verkaufen
     

    Reunión P ersonal
     
    Es domingo. Son alrededor de las nueve de la mañana. Fuera hace fresco y hay niebla. Sopla un ligero viento.
    Paul Rost va al banco. El banco está cerca, así que va a pie. Un coche se detiene al lado de la acera. Lisa Pandora está dentro del coche.
    "Buenos días, Paul," dice ella.
    “Buenos días, Lisa," responde Paul.
    "¿Va a nuestro banco?" pregunta ella.
    "Sí, Lisa," dice Paul.
    "Yo puedo llevarlo. ¿Le gustaría?" ofrece la chica.
    "Gracias. Me encantaría,” el detective entra en el coche.
    "Me robaron el teléfono que tenía en el coche ayer por la noche," dice Lisa.
    "¿De veras?" el detective está sorprendido.
    "Sí. A través de la ventanilla," añade Lisa.
    "¿Es caro el teléfono?" pregunta el detective.
    "No, no lo es. El teléfono no es nuevo. Pero guarda alguna información que no debería caer en manos equivocadas," dice Lisa. Paul inspecciona atentamente el compartimento de pasajeros. Recoge algo del suelo.
    "¿Es esta su tarjeta bancaria?" pregunta él.
    "No, no es mía," responde Lisa. Paul saca su teléfono.
    "¿Cuál es el número del teléfono robado?" pregunta Paul. La Srta. Pandora le dice el número y el detective lo marca.
    "Al habla," responde una voz masculina.
    "Usted tiene mi teléfono. ¿Puede devolvérmelo?" pregunta Paul. Sigue una pausa. Después el hombre responde: "Su teléfono es basura. No lo necesito. Así que puedo vendérselo de nuevo."
    "¿Vendérmelo de nuevo?" dice el detective con sorpresa. "Pero usted no lo compró," protesta.
    "No me importa. Probablemente contiene alguna información importante si tiene tantas ganas de recuperar esta porquería, ¿no?" pregunta el ladrón. "¿Tengo razón?" añade. Lisa está mirando a Paul con nerviosismo.
    "Es el regalo de un amigo. Lo quiero porque es un regalo," dice Paul. "Bueno, ¿cuánto quiere?" pregunta el detective.
    "¡Quinientos dólares!" demanda el hombre.
    "Pero este teléfono es basura. ¡Acaba de decirlo!" responde indignado el detective. Lisa toma la mano de Paul con nerviosismo.
    "¡Bueno, como quiera!" dice el hombre.
    "De acuerdo. Le daré quinientos dólares," dice el detective mirando a Lisa, "En cualquier caso, encontré una tarjeta bancaria a nombre de Roman Kowalski en el coche. ¿Lo conoce?" pregunta Paul. El hombre permanence en silencio unos instantes. Después dice: "Déme la tarjeta. Conozco a ese hombre."
    "Se la venderé por seiscientos dólares," dice el detective.
    "¡Quédesela! ¡De todas formas no hay dinero en la tarjeta!" grita la voz con indignación a través del teléfono.
    "De acuerdo, Rom Kowalski, creo que la policía se alegrará de tenerla," dice Paul.
    "Vale, ¡le daré quinientos dólares! ¡Démela!" pide el ladrón.
    "Bueno, me ha convencido," el detective sonríe y añade, "¿Puede venir al Banco Imperial en diez minutos?"
    "¡Sí, puedo! ¡Estaré allí en diez minutos! ¡No dé la tarjeta a la policía!" pide el hombre. El ladrón llega al banco diez minutos más tarde y devuelve el teléfono.
    "¡No necesito dinero! ¡Déme la tarjeta!" pide. Paul esposa rápidamente al ladrón.
    "Aquí está su tarjeta," mete la tarjeta en el bolsillo del ladrón, "Lo llevaré a un lugar donde va a poder practicar cómo abrir cerraduras con su tarjeta durante largo tiempo," añade, y entrega el ladrón a la policía. Después vuelve al banco.
    "Paul, muchas gracias por su ayuda," dice Lisa, "¿Puedo invitarlo a cenar mañana por la noche?"
    "Claro. Estaré encantado," responde el detective.
    "Ya sabe mi teléfono, ¿verdad?" sonríe Lisa.
    "Sí,

Weitere Kostenlose Bücher