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Das Zweite Spanische Lesebuch (Spanische Lesebücher)

Das Zweite Spanische Lesebuch (Spanische Lesebücher)

Titel: Das Zweite Spanische Lesebuch (Spanische Lesebücher) Kostenlos Bücher Online Lesen
Autoren: Elisabeth May
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der
    16.     explicó - erklärte
    17.     fugitivo – Ausbrecher, der
    18.    girar - drehen
    19.     héroe - Held, der
    20.    hoja - Blatt, das
    21.     mostrador - Ladentisch, der
    22.    objetivo - Bestimmung, die
    23.    odio - Hass, der
    24.   pantalones – Hosen, die
    25.    papel - Rolle, die
    26.    permanente - dauerhaft, unbefristet
    27.    pista - Hinweis, der
    28.   placa - Polizeimarke, die
    29.    prohibición - verbieten
    30.    prohibir - verbieten
    31.     quedar bien - passen
    32.    reloj - Uhr
    33.    saqué – nahm ab
    34.   situación - Situation, die
    35.    sonaba - tickte
    36.    temporal - vorübergehend, befristet
    37.    temporalmente - vorübergehend
    38.   tolerar - dulden
     

    El A rresto
     
    Cuando Paul volvió a casa ya estaba oscureciendo. En su casa lo esperaba su madre. Se sentaron en una habitación débilmente iluminada. Paul se sacó el anillo del dedo.
    "¿Es ése el anillo de Lisa?" preguntó su madre.
    "Sí," respondió Paul.
    "Cuando tu padre nos dejó, yo también me saqué el anillo que me dio al principio, y hasta quería tirarlo a la basura, pero después pensé que ya había dejado de ser suyo. Ya era mi anillo, se había convertido en parte de mi vida, y no quería tirar a la basura parte de mi vida. No pude olvidarlo, igual que tampoco pude dar la vuelta a una nueva hoja," miró a Paul, "Pero yo viví con él diez años, hijo, ¿y cuánto hace que conoces tú a Lisa?
    "No lo sé ni yo... No sé qué... vi en ella. Simplemente era interesante estar con ella," Paul se detuvo un momento, "Estoy seguro de que me ama… amó… estoy seguro de que también piensa en mí," dijo el hijo en voz baja.
    "Puede que te amara. Puede que fuera un sentimiento fuerte," dijo su madre, "Pero ahora las cosas han cambiado, tienes que entenderlo. Los sentimientos fuertes no se van con rapidez, pero pueden convertirse en algo más," miró a su hijo, "Sus sentimientos pueden ser todavía fuertes, pero probablemente no sea amor... siente odio." Madre e hijo se quedaron en silencio. Había mucha tranquilidad. Solamente el reloj sonaba sobre la mesa.
    "Pero ya no importa," dijo él finalmente, "Mamá, ¿crees que todos tenemos un objetivo?" preguntó.
    "¿Un objetivo? ¿Qué quieres decir?" preguntó su madre.
    "Creo que cada uno de nosotros puede hacer algo importante. Ese es nuestro propósito, nuestro papel en el juego," dijo Paul con seguridad.
    "Hablan de objetivos cuando se va a empezar una guerra," respondió ella, "¿Qué papel han elegido de nuevo para ti? ¿Y en qué tipo de juego, Paul? Después de todo, llevas mucho tiempo sin estar en el ejército.”
    "Nadie ha elegido por mí. Yo elijo mi propio objetivo. Tengo que irme, mamá," contestó.
    "¿A dónde vas esta vez? ¿No fue suficiente ese viaje al Sáhara, Paul?" preguntó ella.
    "No será por mucho tiempo, mamá," respondió, "Estaré de vuelta en un par de meses. Quiero cumplir mi objetivo," concluyó.
     
    A la mañana siguiente, el Detective Rost fue a la comisaría a redactar un informe para el jefe de policía.
    "Paul Rost, en el cuartel de policía se ha decidido prohibirle temporalmente trabajar como detective. Ponga el certificado y la placa sobre la mesa," dijo el jefe de policía, "Ahora vaya a ver al Detective Schmidt y haga un informe sobre los hechos de ayer," concluyó. Cuando Paul Rost estaba saliendo del despacho, el jefe añadió: "Y, Rost, espero que esta prohibición temporal se convierta en permanente. ¡No toleraré que alguien como usted se quede en mi comisaría! ¿Ha entendido? "
    Rost miró al jefe largamente. No dijo nada, simplemente sonrió un poquito y salió. Fue a junto del  detective Schmidt y empezó a informarlo sobre los hechos del día anterior. En ese momento Bruno entró en la comisaría. Vio a Rost y empezó a gesticular nerviosamente .
    "¡Le regalé un vestido a tu mujer!" dijo, volviéndose a Rost, "¡A una mujer que no tienes!" rió de forma poco amistosa, "¿No es obvio? ¿No es eso una pista?" se molestó Bruno, "Ahora estoy bien, y en cinco minutos algo malo podría ocurrir. ¿Y eso tampoco es una pista? ¿No está claro? Paul Rost, ¿estabas ciego?" miró a los oficiales de policía que se hallaban cerca. "¿En qué estabas pensando?" se molestó Bruno.
    "El segundo fugitivo estaba sentado bajo su mostrador," Schmidt le explicó a Rost la situación completa," La caja registradora de Bruno estaba casi vacía, así que

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